sábado, octubre 11, 2008

Laponia 2008

15 de septiembre, Madrid- Helsinki- Rovaniemi-Luosto

De nuevo dos meses más organizando el viaje.
Aunque ya habiamos estado en Finlandia tres años antes pero este viaje era diferente, en Laponia no habiamos estado jamás, y era un viaje q nos hacía mucha ilusión desde hacía años.
A las 8'30 de la mañana teniamos que estar en laT4 de Madrid para salir hacia Rovaniemi via Helsinki.


Todo fue bien menos nuestro equipaje, el cambio de vuelo en Helsinki fue tan rápido que el equipaje no pudo hacerlo, la llegar nos encontramos con 5 grados y sin maletas, menos mal que las chaquetas las llevabamos en mano, de todas formas se comprometieron a traernoslas a nuestro alojamiento nada mas llegar, el problema era que nuestra cabaña estaba a hora y media en coche desde el aeropuerto hacia el norte, aun así cumplieron y a media noche teniamos nuestro equipaje en la cabaña, a 130 km al norte del círculo polar ártico.


En el aeropuerto de Rovaniemi conocimos a un chico de Barcelona y a su pareja, un chico finlandés, nos advirtieron del peligro de la invasión de los renos en la calzada en las carreteras del norte, y la verdad es que pudimos compobrarlo a los 50 km de carretera.

Desde Rovaniemi a Luosto, el lugar donde teniamos la cabaña, habian 130 km de carretera, durante los cuales sólo nos encontramos con un pueblo, el resto era bosque y bosque, y en mitad del camino nos encontramos con un coche destrozado, un reno muerto al lado y una ambulancia, ahí ya pudimos comprobar que el peligro de los renos era real.

16 de septiembre



Nuestro primer día real en la laponia, después de desayunar cogimos el coche y como siempre dedicamos nuestro primer día a investigar los alrededores.

El pueblo más cercano lo teniamos a 40 km, Sodankyla, allí es a donde teniamos que ir a comprar, no había ningún supermecado más cerca, excepto una tienda pequeñita al lado de la cabaña pero que apenas tenía nada.



De camino a Sodankyla vimos unos de los paisajes más bonitos del viaje, ya que ese día fue el único que tuvimos sol, y los paisajes con reflejos del sol en la laponia en la época del ruska ( en septiembre, con los colores del bosque rojo, amarillo y verde) son realmente impresionantes, son una maravilla.


A la vuelta, de camino a la cabaña pudimos ver por primera vez a los renos.


17 de septiembre
La visita a la granja de los renos y al parque nacional de Pyhä-Luosto.



Habiamos visto bastantes renos en el día y medio que llevabamos en la laponia, renos salvajes y renos caseros, ya que allí la mayoria de las granjas tienen renos en vez de vacas, pero no nos podiamos acercar a ninguno de ellos, ya que nada más acercarte con el coche echaban a correr, así que decidimos ir a visitar la granja de renos que estaba a unos pocos kilometros de la cabaña.


Al principio pensamos que nos habian timado como al resto de los turistas, ya que la entrada costaba 5 euros para ver lo que podias ver en cualquier tramo de la carretera, pero a los pocos minutos de estar allí comprobamos que valía la pena pagar eso y más, la sensación de darles de comer con la mano y acariciarles es una pasada, estuvimos allí más de una hora y compensó con creces el precio pagado.




Después de salir de la granja de renos fuimos al parque nacional de Pyhä, realmente es todo lo que nos rodeaba, ya que la cabaña estaba situada en pleno corazón de pyhä-luosto, es increible lo bien preparado que está, todas las rutas bien señalizadas, con los km que recorren cada una de ellas, te indican si se puede recorrer andando o con moto de nieve o con esquis en invierno, y cada 2 ó 3 km te encuentras con un refugio de montaña típico de finlandia, son unas cabañitas pequeñas de madera con un fuego en el centro, siempre te lo encuentras encendido, una caseta con leña al lado y unos baños ( que dan miedo porque son pozos ciegos, pero te valen), la verdad es que estan muy bien preparados para ir todo el día a practicar treking.










El parque nacional es una pasada de bonito y cuando menos te los esperas te encuentras a unos renos andando a tu lado.
Al terminar nuestra ruta caminando por el parque natural bajamos en coche hasta Kemijärvi, un paisaje precioso y de allí de vuelta a la cabaña, de camino nos encontramos con algunos renos más.



Toda una experiencia, y a las 6 y media a la cabaña, a encender la chimemea y a abrir una cerveza.
La temperatura máxima que tuvimos fue de 5 grados al mediodia, pero 5 grados gélidos, aunque andando se llevan bien, y al llegar a la cabaña una sauna y una cervecita te compensan el día.

viernes, agosto 29, 2008

Noruega, septiembre de 2007

Jávea - Bergen - Sogndal

1er día

Planificamos este viaje durante dos meses con la misma ilusión con la que organizamos cada uno de ellos. Estabamos deseando llegar a Bergen y pisar suelo noruego para recoger nuestro coche de alquiler y comenzar nuestra aventura en Noruega.












Aterrizamos en el aeropuerto de Bergen tras 4 horas de vuelo desde Alicante, y al llegar allí, y después de recoger nuestro coche nos encaminamos hacia nuestro destino, la cabaña nos esperaba en el corazón de los fiordos, en Sogndal, en el Sognefjord, aún nos restaban otras 4 horas de coche más.

Llegamos a la cabaña agotados tras más de 10 horas de viaje, las carreteras de los fiordos son complicadas de recorrer, más de 100 km de túneles hasta llegar, un par de ferrys y la compañia de la intermitente lluvia noruega.







Nada más llegar a la cabaña ya pudimos sentir el frio y ese olor a tierra húmeda que tanto nos gusta, alrededor sólo naturaleza, y de compañia sólo el sonido del viento meciendo los árboles, esto prometia ser mejor de lo que esperabamos.

2º día










Este día lo aprovechamos para investigar y conocer los alrededores, informarnos sobre el glaciar de Jotedalsbreen, ya que queriamos ir a conocer alguna de sus lenguas, concretamente la de nigardsbreen, informarnos sobre los horarios de los ferrys y sobretodo para abastecernos en el supermercado, ya que nuestra dieta se basaba únicamente en lo comprado en ellos.



Noruega es carísima, y aparte de eso los horarios del norte de europa respecto a las comidas tienen poco que ver con los nuestros, y para mi sigue siendo muy difícil cenar a las 6 de la tarde, no hay nada como prepararte tu propia cena en la cabaña después de un duro día de caminatas y km y km de coche.













3er día

El glaciar de Jotedalsbreen

Este gigantesco glaciar tiene 800 km cuadrados de superficie, y se extiende entre los fiordos de Sogne y Nord, sus 24 lenguas proveen de agua a los valles de la región.



Aprovechando los pocos minutos de sol que teniamos al día desayunamos en la terraza y allí fue cuando descubrimos que nuestros vecinos de cabaña eran una pareja de sevilla, menuda fue la alegría de todos al vernos, después de desayunar metimos unos sandwiches en la mochila, nos equipamos y nos dispusimos a visitar la lengua del glaciar jotedalsbreen, nigardsbreen nos esperaba a una hora y media en coche desde la cabaña.





Dejamos el coche en el aparcamiento que hay en la lengua del glaciar, justo al lado del lago y comenzamos la caminata que nos distaba de él, es un trayecto agradable y fácil de recorrer ya que lo tienen bien organizado con cuerdas y bien señalizado, atraviesas algunos riachuelos, tienes que escalar alguna que otra piedra resbaladiza por la erosion del glaciar, pero todo ello vale la pena cuando llegas a sus pies y lo contemplas con toda su magnitud.

Durante el recorrido nos encontramos de nuevo con nuestros vecinos de cabaña, y algunos tramos los hicimos con ellos. Se puede llegar hasta el glaciar en barco, lo coges justo al lado del aparcamiento y te lleva hasta unos 15 minutos andando del glaciar, pero vale la pena hacer el trayecto andando, yo por lo menos lo recomiendo.





La temperatura a los pies del glaciar es realmente fria pero vale la pena quedarse a comer allí, el espectáculo vale eso y más.











Junto a nosotros habia un par de fotógrafos que estuvieron durante la hora o más que estuvimós allí, esperando a que una parte del glaciar se desprendiera para captar una buena instantanea, uno de ellos tuvo suerte, y justo cuando ya nos ibamos la pilló. Pese a que el espectáculo es impresionante, la verdad es que resultó una experciencia muy triste.




4º día
Mientras desayunabamos hicimos un planing de la ruta del día, saldriamos hacia el norte, subiendo hacia Briksdal, recorriendo carreteras secundarias y pistas de montaña, hasta llegar a la cima de las montañas de los fiordos, para bajar a Balestrand y de alli coger un ferry hasta Hella y de allí de nuevo a la cabaña.







De nuevo preparamos unos sandwiches y salimos dispuestos a recorrer todos los km que pudiesemos.







En Noruega no tienes dificultad a la hora de comer en un merendero, ya que prácticamente todo el país está lleno de ellos, todos están bien organizados, limpios, con cuartos de baño, incluida la ducha, y con calefacción, y además en todos tienes un mapa de la zona mediante el cual puedes hacerte una idea de donde te encuentras y de las carreteras. Y para colmo todos están ubicados en unos lugares con unos paisajes alucinantes, todos a los pies de los fiordos. Vamos, un verdadero lujo!!



Nuestra aventura duró más de 9 horas de coche, pero realmente valió la pena, todos los paisajes que vimos fueron alucinantes, sobretodo los de arriba de los fiordos, era como estar en un país distinto, pasamos de estar a orillas del fiordo con agua del mar a estar en la cima de la montaña, con unos rios , unas cascadas y un frio increible, de hecho todas las montañas que nos rodeaban estaban nevadas. Nos encontramos con otra de las lenguas del glaciar de Jostedalsbreen, la de briksdal.





Pudimos ver las casitas de piedra de los pescadores con el techo de hierba típico del país.





La sensación que tienes al estar ahí arriba, en medio de la nada, con un silencio sólo interrumpido por el ruido del agua, y ese frio húmedo que se te mete hasta los huesos es realmente una pasada, es como estar tú solo en medio del mundo.




Ah!, se me olvidaba, en mitad de la nada, en plena carretera de montaña, y cuando llevabamos horas sin cruzarnos con nadie, nos encontramos con un peaje de montaña, teniamos que pagar 23 euros o volver hacia atrás, y después de 5 horas de viaje no nos apetecia volver, era menos la distancia que nos quedaba por delante, ese es uno de los inconvenientes de Noruega, que cuando menos te los esperas hay un peaje o un ferry, en fin...



Este es el camino que nos quedaba desde arriba hasta Balestrand, donde pillariamos el ferry q nos llevaria a la otra orilla a Hella y de allí la cabaña, casi nada...





5º día
Borgund y Kaupanger
















Nuestro quinto día en Noruega y todavía no habiamos visto ni una iglesia de madera, así que esa mañana nos decidimos por ir a visitar las dos que nos quedaban más cerca, la de Borgund y la de Kaupanger.












La iglesia medieval de Borgund, en forma de pagoda está magnificamente conservada, y en su fachada muestra las típicas cabezas de dragón.












En Kaupanger, a 11 km de Sogndal, hay otra iglesia medieval de madera, del siglo XII, pero está muy restaurada y es la más grande de todas las stavkirke (palabra noruega con la que se nombra a un tipo particular de templo cristiano medieval construido de madera) de la provincia de Sogn of Fjordane.












Una de las cabañas vecinas a la nuestra.













6º y 7º días

Bergen


El 6º día, después de desayunar abandonamos la cabaña y nos pusimos rumbo a Bergen, donde pasariamos los dos últimos días en Noruega.
Bergen es la antigua capital de Noruega, y hoy es la segunda ciudad del país con 223.000 habitantes y según dicen, es la más bella.
Las casas de madera del muelle Bryggen son el recuerdo del asentamiento de los comerciantes alemanes de la liga hanseática en la edad media.
Aunque es la segunda ciudad del país, Bergen tiene un tamaño muy accesible para conocerla paseando, aunque las principales áreas de interés se concentran en el puerto y sus alrededores.

Es imprescindible visitar el mercado de pescado, situado en el puerto y al lado del muelle Bryggen, está abierto todos los días de 8h a 16h y hay un ambiente increible, además está lleno de jóvenes estudiantes españoles que trabajan allí para ganarse algo de dinero. Ah! es obligado también probar sus famosos bocadillos de gambas y la sopa de pescado, se puede comer perfectamente allí por un precio muy asequible.

Si teneis suerte y pillais uno de los pocos días al año que no llueve en Bergen podéis subir en el funicular al monte Floyen, desde donde dicen que hay unas vistas espectaculares de la ciudad, nosotros no pudimos porque durante los dos días que estuvimos no paró de llover y las nubes y la nieblan impedian subir.


8 día

Bergen - Jávea

A las 4 de la madrugada sonó el telefono de la habitación del hotel para avisarnos de que ya era la hora y que en media hora tendriamos el taxi esperando abajo.


Nuestro vuelo salía a las 6 y media de la mañana y con él finalizaba nuestra aventura noruega, ahora a esperar 12 meses más para iniciar el próximo viaje.